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10 de enero de 2013

50 sombras de Grey. Mi punto de vista.



Si. Yo he leído “50 sombras de Grey”.

No me importa reconocerlo, soy hombre, heterosexual (mientras no se demuestre lo contrario) y me he zampado las 540 páginas de la primera parte de la trilogía escrita por E.L. James.

“El libro que leen las mujeres y está cambiando la vida de los hombres”, así me lo definió una amiga.

Uff…

Y sólo puedo decir que he leído un libro que cuenta una historia de amor, sólo eso, una historia de amor.

Una historia de amor como tantas, de esas que al principio son difíciles de digerir porque uno va a una velocidad y otro a otra, porque uno quiere más y el otro no lo permite.

Pero claro, en esta historia de amor hay algo que ha enganchado a mucha gente, sobre todo a féminas.

No sé si es la historia en sí, no se si es el lado oscuro de Christian, el lado inocente e inexperto de Ana o las sesiones y decenas de páginas cargadas de sexo durante el libro. De verdad, no lo sé.

Christian Grey es un joven multimillonario, de impenetrables ojos grises y cuerpo de Adonis. Un hombre maniático del control, propietario de una multinacional. Grey puede vestir trajes espectaculares o ir con ropa informal pero siempre muy cara, monta gafas Ray-Ban y utiliza ropa interior Ralph Lauren.

El señor Grey es un galán de gustos eclécticos en distintos ámbitos de su vida personal que sufrió un muy difícil inicio de su niñez y que se ha hecho a si mismo convirtiéndose en un triunfador del siglo XXI, que califica como distribución de su riqueza los múltiples y carísimos regalos que hace a su sumisa.

Además Christian Grey es un sádico con una elevada dosis de convertir en masoquista a su pareja con sus particulares juguetitos y entretenimientos sexuales.

Pero Christian, el Amo, es un hombre con muchas sombras, tiene un lado oscuro y eso gusta, eso engancha.

La Srta. Anastasia Steele es una joven de poco más de 20 años, estudiante, virgen, si virgen, con una cansina manía de consultar la voz de su conciencia varias veces en cada capítulo y hacer referencia a la diosa que lleva dentro durante toda la historia hasta el punto de que la diosa que lleva dentro a veces es más interesante en la historia que la misma protagonista.

Esa diosa que toda mujer lleva dentro y que es difícil hacerla salir a flote a no ser que aparezca un Grey en tu vida.


Hay cosas que no me cuadran pero bueno, he hecho el esfuerzo y me he tenido que tragar que en Mayo de 2011, una estadounidense de 21 años, universitaria, guapa, extrovertida, que comparte piso con otra amiga, parece ser que es virgen, y no sólo eso, virginidad a parte, jamás ha tenido relaciones con un chico.

Pero bueno, señora autora, yo hago como que me lo creo. Igual que me creo que un tío con poco menos de treinta tenga el nivel de vida y la pasta que tiene Grey sin dedicarse al narcotráfico.

Y el caso es que lo comento con gente que ha leído el libro, sobre todo mujeres, y me dicen, bueno ¿porqué no?

Sin comentarios.

He tenido la sensación de estar demasiadas veces mientras he leído el libro frunciendo el ceño, respirando profundamente, musitando, gimiendo, penetrando bruscamente, respirando el aroma de la piel y el cabello de Christian, leyendo los lamentos de la pequeña Anastasia, poniendo los ojos en blanco y hasta mordiéndome el labio inferior.

Demasiado repetitivos los detalles.

Algo bueno.

Aparece la señora Adams, la madre de Ana para consolar lo afligido de su corazón enamorado en un viaje de ésta a Barbados, y le da una charla que quedará para los anales de la literatura de la que me quedo con una frase que toda mujer debería de entender literalmente y quizá sería mucho más fácil la relación que tienen con los hombres de su vida, amigos, parejas, etc…

Le dice la Sra. Adams a su hija en la página 421:

“En realidad los hombres no son complicados. Son criaturas muy simples y literales. Por lo general dicen lo que quieren decir. Y nosotras, las mujeres, nos pasamos horas intentando analizar lo que han dicho, cuando lo cierto es que resulta obvio”.

Que grande por Dios, que frase.

Andáis las mujeres buscando Christians Greys por el mundo y yo me pregunto que donde están las Señoras Adams en la vida también.

Y claro yo como llevo meses escuchando a mis amigas y compañeras de trabajo decir que si quieren un Grey en su vida, que hombres como éste no existen y que el libro las pone como motos yo le pregunto a todas aquellas que parece que sólo habéis tenido o tenéis “relaciones vainillas” lo siguiente:

¿Os gusta y os engancha un hombre sádico, celoso, maniático del control a su pareja, hermético, introvertido por lo general, con una infancia terrible, con múltiples cambios de estado de ánimo, un lado oscuro que da miedo y con más sombras que un palmeral?

De verdad no hay quien entienda a las mujeres.

Ah bueno, para quien no haya leído el libro, también quiero dejar claro que es joven, elegante, guapo, muy atractivo, tiene avión y helicóptero privado, media docena de coches de lujo y multi, multi, multimillonario.

Esto ya nos cuadra más, ¿no?

Ah… Y según la señorita Steele, un enorme pene, pero claro siendo el único que ha visto y ha probado, no entiendo que criterio de medida sigue la inocente Ana.

Ahí dejo eso.

Tengo la evidente posibilidad de seguir con la trilogía pero reconozco que me ha aportado poco en muchos sentidos pero aún tengo un hilito de confianza y espero que la historia de amor al menos me entusiasme.

En el fondo, es que soy un romántico.

Además he dejado muy triste a Anastasia en el final del libro y confío plenamente en que se casen, sean felices y coman perdices.

Por cierto no me quedó claro, ¿los lamentos y sollozos de Ana al final son porque tiene el corazón roto o por la media docena de correazos que le pega el cabrón de su novio para satisfacer sus deseos sexuales?

Ja, ja, ja, es broma.

Tiene el corazón roto la pobre, ¿no?

Seguiremos a por las “50 sombras más oscuras”, pero no de momento…

8 comentarios:

Carmen dijo...

Jajajaja... mu bueno Antonio, no me he leido el libro, pero creo que lo hare para contrastar con tu punto de vista... nos vemos en la ofi. Chaito.

Anónimo dijo...


Solo un par de cosas.
Por lo que cuentas doy el libro por leído o como no se puede decir de este agua no beberé, simplemente lo iré poniendo al final de los libros a leer.
Por otra parte mi madre solía decir que los hombres canallas tienen un punto atractivo del que había que cuidarse
El tercer punto tiene que ver con la película, ¿Como van a hacer un film de ese libro sin caer en lo pornográfico y chabacano?

Anónimo dijo...

Interesante entendimiento del libro

Anónimo dijo...

Hola .me encanata tu vision.jaja me he reido mucho , yo intentaba q mi marido leyera el libro......pero despues de leer tu opinion creo q no volvere a comentarselo.

PEDRO J. RAMIREZ VALERO dijo...

jajajaja Antonio, tío pues casi que me ha dao ganas de leerlo.

Pa la tienda que voy.


jajajajaja

Diana dijo...

El primer hombre que da su punto de vista sincero.... Me han encantado las conversaciones que hemos tenido en el almuerzo de hoy! :)

P.D. Yo sí quiero un Grey en mi vida... sabes porqué??? Porque jamás será aburrida y te haría sentir tan... importante??? entre otras cosa, claro.

Saluditos Antonio!

Anónimo dijo...

donde estoy son pasadas la media noche y en mi busqueda implacable de informacion sobre 50 sombras me encuentro con esto, me caigo de la silla de la risa ajjajaj excelente interpretacion no se podia esperar menos de un hombre... yo lei la trilogia y lo amo, la verdad a las mujeres no nos importa mucho la ecuasion de donde salio el exito y la plata... solo sus enormes atributos

Lara - La Pluma Spirit dijo...

Buenísimo!!! Totalmente de acuerdo!!!
Creo que seré de las pocas mujeres que no le enganchó nada este libro...
¿De verdad estamos las mujeres tan vacías, tan inseguras y necesitadas, con tantas carencias, para permitir que un Grey entre en nuestras vidas?
Buffff... agradezco NO pertenecer al Club de las fans!
Felicidades por el Post ;-)!